Para esta receta me he basado en el libro de recetas de la escritora Marian Keyes, "Salvada por los pasteles".
Este libro lo escribió mientras pasaba una depresión, siendo la elaboración de pasteles y tartas su terapia. Puede que alguna la conozcáis por sus libros, "Por los pelos" o "Sushi para principiantes", entre otros.
He de confesar que la novela romántica no es de mis temas favoritos, pero este libro en cambio me gustó, no sólo por las recetas fáciles con todo tipo de trucos para principiantes, sino que además, incluye algunas anécdotas muy graciosas y me gustó mucho como describe los olores, sabores y texturas.
Cuando recibí la caja de verduras que cada quince días me envían desde Ca-Nostra, con varias remolachas, me acordé de este pastel, pues eran demasiadas remolachas para una ensalada.
El bizcocho me salió bastante bien y mi sobrina que es una adicta al chocolate y que no come verdura a menos que se la escondas, ni se enteró de que llevaba remolacha.
Pero la siguiente vez que quise hacerla, no tenía suficiente remolacha, pero en cambio tenía varias zanahorias, que eran pocas para un puré y muchas para una ensalada.
De esta manera, surgió este bizcocho que espero os guste tanto como a mi sobrina.
BIZCOCHO DE CHOCOLATE ZANAHORIA Y REMOLACHA
INGREDIENTES
200 gr de zanahoria cocida
50 gr de remolacha cocida
100 gr de chocolate negro
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
300 gr de azúcar moreno
3 huevos
200 gr de harina
10 gr de levadura en polvo
30 gr de cacao en polvo
una pizca de sal
ELABORACION
Rallar la zanahoria y la remolacha lo más fina posible. Para cocerla, basta con introducirla en un bol dentro del microondas, al que previamente hayáis tapado con film de plástico transparente o bien utilizando los envases aptos para este fin. El tiempo dependerá de vuestro microondas, pero con unos 4 minutos a potencia máxima suele ser suficiente.
Una vez que tengamos la verdura blandita por haberse cocido, la pasamos por la batidora o turmix, hasta que tengamos una pasta y reservamos.
Batir la mantequilla junto con el azúcar hasta obtener una masa cremosa. Añadir los huevos uno a uno y mezclar muy bien.
Tamizar la harina junto con el cacao, la levadura y la sal. Añadir a la mezcla anterior.
Añadir la verdura y mezclar. Ahora veréis que la masa queda más cremosa y con un color rosado muy alegre.
Seguidamente, derretimos el chocolate negro en el microondas o al baño maría e incorporamos a la masa.
Verter en un molde engrasado, el que yo he usado es de 23 cm de diámetro.
Con el horno previamente precalentado a 180 grados, hornear en la zona central, durante unos 45 minutos, o hasta que al pincharle con una brocheta, esta salga limpia.
Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
Cuando este frío, desmoldar. Ya está listo para decorar.
Para la decoración, he utilizado una cobertura de chocolate o ganache, que dirían los franceses.
200 gr. de chocolate negro (la tableta que utilizo es de 300 gr, así que me viene de perlas para esta receta). 50 ml. de nata.
Ponéis el chocolate en un bol al baño maría, o bien en el microondas, pero en este último caso tened cuidado con los tiempos para no se queme.
Cuando esté derretido, añadís la nata y removéis bien. Un último golpe de unos 20 segundos en el microondas y termináis de remover para que se mezcle bien.
Una vez que esté en su punto, untar el bizcocho ayudándoos con una espátula y sin olvidaros de los bordes.
Para decorar esta vez he utilizado fresas, pero podéis utilizar lo que se os ocurra.
Trucos:
Para el bizcocho: Como he comentado, podéis hacer esta misma receta utilizando sólo la remolacha.
Si no tenéis azúcar moreno, podéis utilizar el blanco. La diferencia está en el proceso para obtener el refinado, siendo el moreno de refino menor, y por tanto más granulado. Por cierto que éste es ideal para repostería integral, para hacer pasteles y galletas integrales, pero que no os líen: su valor nutritivo es el mismo. Así que engordaremos igual utilicemos uno u otro.
Para la cobertura: yo quería que supiera a chocolate, pero si lo queréis más suave, tipo chocolate con leche, sólo tenéis que añadir más nata.
Y si lo que queréis es que brille más, añade mantequilla. Con unos 15-25 gramos es suficiente.