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jueves, 30 de abril de 2015

PENCAS DE ACELGAS RELLENAS

Para algunas recetas utilizo únicamente la hoja de la acelga, pero luego no sabía muy bien qué hacer con las pencas, es decir, la parte blanca y más dura.

Con esta receta he conseguido solventar el problema a la vez que camuflar la verdura a mis sobrinos. Así que, si tenéis niños en casa, esta receta FRD, Fácil, Rápida y Disfrazada, os ayudará en su alimentación saludable.





Ingredientes para 2 personas

- 4 pencas de acelgas
- 4 lonchas de queso
- 4 lonchas de jamón de york o de pavo
Para empanar:
- harina
- 1 huevo
- pan rallado
- aceite vegetal
Para la salsa
- 4 hojas de acelgas
- 1 cebolleta
- 2 o 3 dientes de ajo
- 3 anchoas en aceite

Elaboración

Limpia las acelgas y sécalas con papel absorbente o un paño de cocina limpio. 
Separa las hojas de las pencas, cortando con un cuchillo. Retira los hilos de las pencas. Reserva las hojas para la salsa. Corta las pencas en trozos de unos 7 cm. La idea es que tengamos por cada hoja de acelga dos trozos de penca, de tal manera que tengamos dos tapas.

Ponlos a cocer en una cazuela con agua y sal. También puedes ponerlas en una fuente tapadas con un plástico o bien en la vaporera adaptada al microondas por dos o tres minutos a toda potencia (depende del micro) para que se ablanden. 

Escurre las pencas y sécalas. Extiende la mitad de las pencas sobre una fuente. Pon encima de cada una de las pencas una loncha de queso y una de jamón york o pavo. Tapa con el resto de las pencas. 

Pásalas por harina, huevo batido y pan rallado, y fríelas por ambos lados en una sartén con aceite que esté muy caliente. Retira a un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Reserva.

Para la salsa, pica la cebolleta y los dientes de ajo y rehoga en una sartén con aceite. Incorpora las hojas de acelgas picadas y deja pochar bien. Pasa todo a un vaso batidor, añade 3 anchoas en aceite y tritura con la batidora eléctrica. Vierte 4 cucharadas de aceite y sigue triturando. Sirve unas pencas rellenas en un plato y salsea.

En esta ocasión añadí un poquito de queso manchego para realzar el sabor porque no le había echado anchoas a la salsa, y no quedó nada mal.



Trucos:
Las pencas de por sí ya serían suficiente para una buena cena. En este caso échales por encima un poco de miel de caña y están deliciosas.

En la salsa, puedes sustituir las anchoas por un poquito de salmón que también le dará un buen sabor. 

Una opción menos calórica es empanarla utilizando sólo harina. En este caso, deja algo húmedas las pencas para que la harina se pegue.



La acelga se puede utilizar en lugar de espinaca en cualquier receta, aunque la acelga necesita ser cocida un poco más de tiempo. También ten en cuenta que las pencas necesitan más tiempo de cocción que las hojas.



lunes, 27 de abril de 2015

CHULETAS AL HINOJO

El hinojo es una planta que hasta hace unos años ni siquiera sabía que existía. Pero se la recomendaron a mi querido Fer para una mejor digestión, pues tiene propiedades calmante si padeces de cólicos abdominales.
También tiene otras propiedades, pues evita la formación de gases y la flatulencia; es diurética, e incluso se utiliza para la producción de la leche de la madre durante la lactancia.
En mi caso, me ayuda a prevenir el colesterol, gracias a su alto contenido en ácido ascórbico, oleico y linólico, así como en calcio y magnesio.

Por todo ello, intento utilizar el hinojo en la cocina como una elemento más, para que no sea sólo a través de la ingesta de infusiones, la forma de aprovechar sus propiedades. Y además, porque aporta sabor.

De ahí nació esta receta tan fácil pero tan resultona, que merece una FRD, pues está deliciosa.



Ingredientes (para 2 personas)

- 1/2 kg. de chuletas de cordero (unas 6 por cabeza)
- 2 patatas medianas
- semillas de hinojo (2 bolsas de infusión)
- sal 
- aceite de oliva

Elaboración

Preparar en un bol dos cucharadas de aceite de oliva con las semillas de hinojo. Basta con un par de bolsas de infusión, que puedes encontrar en cualquier herboristería. 

Abres el sobre y esparces el contenido (las semillas) en el aceite. Reservad como la mitad de una de las bolsas para las patatas Añades un poquito de sal.

Con una cucharilla o un pincel, untar las chuletas y dejamos que se vayan empapando del aceite mientras precalentamos el horno a 180º.

Las patatas, las pelamos y las cortamos en rodajas finas. Echamos un poquito de sal y también esparcimos unas pocas semillas de hinojo, para que también tengan su sabor.

En un bandeja apta para el horno, impregnada en aceite para que no se peguen las patatas, las metemos primero, porque tardan en hacerse un poco más que las chuletas, y a los 10 minutos aproximadamente, añadimos las chuletas durante otros 20 minutos o hasta que estén doraditas.




Trucos:
Para evitar que se queden secas, probad a echad un poquito de agua a mitad de cocción.

Si no te gusta el cordero, puedes sustituirla por chuletas de cerdo.

domingo, 12 de abril de 2015

BODEGA BERNAVI Y EL DINOSARIO TODAVIA ESTA ALLI

Esta pasada Semana Santa estuvimos de gira gastro-enológica por tierras catalanas, en concreto en Sant Sarduní D'Anoia y en Mora d'Ebre.

En  la primera, como no podía ser de otra manera, aprendimos mucho sobre el cava.

La segunda, ya en Tarragona, nos sirvió de base para visitar tres denominaciones de origen: Terra Alta, Montsant y Priorat.

Ha sido un viaje muy instructivo, pero sobretodo un viaje "apasionado", porque conocimos a muchos empresarios apasionados por su trabajo: dueños de pequeñas bodegas y de vinotecas, que aman lo que hacen, pero sobretodo aman su tierra, su terruño o "terroir", una palabra que oí muchas veces durante este viaje..

Entre estos enamorados encontré a tres viticultores, dos hermanos italianos y una catalana, que se han lanzado a la aventura de crear vinos tradicionales con una visión contemporánea.

Así nació Bodega Bernaví, que por las coincidencias que se dan en esta vida, justo una semana después estarían en Madrid presentando sus vinos realizando catas en varios locales. Entre ellos, el Dinosaurio todavía está allí.

Con este nombre tan original, no puede ser un bar clásico. Y no lo es. Enclavado en pleno corazón de Madrid, en la castiza calle Lavapiés, además de gastrobar, es librería, lugar de eventos y mucho más. El jueves pasado acogió en sus catas mensuales a la bodega Bernaví.

De la mano de Marco, uno de los fundadores de la bodega, y de Jesús, sumiller del Dinosaurio, fuimos conociendo todas las características que hacen los vinos Bernaví tan especiales.

También estaba allí Marisol, la dueña del local, que con su femenina sabiduría nos enseñó, que poliamor, es más correcto que maridar. ¿Y que mejor que poliamorar los vinos de Marco con las creaciones de Darío, chef del local?

Entre todos ellos lograron que la cata fuera todo un éxito.

Pero hablemos de los vinos de Bernaví:



Notte Bianca

Fue uno de los vinos que me convenció de que su proyecto merecía la pena. Se trata de un vino blanco, hecho a base de garnacha blanca, un tipo de uva que se da especialmente bien en la Terra Alta y que ellos combinan con un 10% de viognier, otro tipo de uva, esta francesa, que le da frescura a la garnacha de viñas viejas (80-90 años).

Como curiosidad, Ruth nos comentó durante nuestra visita a las bodegas, que el primer año de recogida de la uva, hacía tanto calor, que decidieron hacer la vendimia durante la noche para conservar la temperatura y que no perdiera propiedades durante su traslado de la vid a la bodega. De ahí nace el nombre, en italiano, claro.

Jesús nos enseño a sacar todos los aromas de este vino: los cítricos a piña, y manzana ácida, y florales, que en cuanto probamos unas fresas junto al vino, hicieron que la combinación fuera perfecta, pues uno y otro hacían el poliamor y de qué manera, Marisol.

Pero además, se trata de un vino untuoso en boca que va fenomenal con quesos cremosos, como bien pudimos comprobar saboreando los que nos pusieron con la cata.

21 VENTUNO

Toca el turno al rosado, y aunque debo matizar que no soy fan de este tipo de vinos, este consiguió al menos interesarme.

Lo primero que llamó nuestra atención fue el color, pues tiene un tono rosado muy claro, que definimos creo que con acierto como "coral".

Algo más ácido que el blanco, tanto olfativa como en boca, sin embargo no pierde suavidad, por lo que resulta muy fácil de beber y por tanto son de los que catalogo como "peligrosos". Lo combinamos con unas tostas de habas y guisantes frescos con parmesano, de las que espero tener pronto la receta para colgarle en el blog, porque estaban deliciosas. 

3D3

Seguimos con este tinto, también con garnacha, pero esta vez combinada con syrah y merlot. Lo original aquí está en que el coupage, o mezcla del mosto, no se hace desde un principio, sino que la maceración de cada uva se ha hecho en depósitos diferentes respetando los tiempos y protocolos de vinificación que requiere cada una de las variedades.

El resultado: un vino de color intenso y brillante, como lo es su sabor. Su aroma a frutas rojas me recordó el otoño, y hasta percibí toques especiados. Me pregunté si a estas alturas de la cata me estaría convirtiendo en una experta catadora.

Esta vez el vino nos pedía algo más consistente y qué mejor que unos tortellini neri con salmón y salsa agria. 



Tras una pausa, abordamos el siguiente:

NEGREITA

La razón de mi visita y de embarcar a mis buenas amigas Monstse y Bea no fue otra que este vino que junto al Notte Bianca tanto me había gustado.

Tiene en el morenillo, su base. Se trata de una uva autóctona, poco conocida, que ellos intentan recuperar, y de qué manera. La cría con el vino acabado sin los ollejos se hace en barricas enormes de 3.000 litros, en roble de Eslavonia (en los Balcanes), con un mínimo de 12 meses.

Su color no es tan oscuro como el anterior pero sigue siendo de un rubí intenso. De aroma penetrante a fruta roja pero madura, más intensa. También percibo aromas a bosque: tomillo, romero, ¿salvia?. Al final deja un toque metálico, que interpretamos como mineral.

En boca resulta ser potente, pues la llena, pero sin picos de acidez, lo que demuestra su carácter envolvente y equilibrado. Un gustazo.

Esta vez toca robo de toro a la cordobesa, con tanto carácter como el vino. De nuevo el poliarmor funciona.




La experiencia ha sido estupenda: conocí buenos vinos, buena comida, en un entorno agradable y en buena compañía. No se puede pedir más, excepto  tener la oportunidad de repetir.


Vista de las viñas desde la terraza de la bodega. Un lugar de ensueño...

Si estáis interesados en saber más: