En nuestro último viaje a México hubo tiempo para todo: para la familia, para los amigos, para la playa, para las visitas culturales, pero sobretodo hubo mucha, mucha comida.
Animados por mis primos, decidimos incluir la visita al restaurante Pujol, considerado por la afamada Best Restaurant como el sexto de todo Latinoamerica en su lista anual de los 50 mejores para este 2014.
http://www.theworlds50best.com/latinamerica/en/the-list.html
De la mano de Enrique Olivera y Erik Guerrero, han conseguido fundir la cocina tradicional mexicana con las más modernas técnicas culinarias, convirtiendo la experiencia en, cuanto menos, insólita.
Como es muy normal en este tipo de restaurantes, comes lo que quiere el chef, es decir: menú degustación, con algunos platos a elegir.
Eso sí, antes de empezar te preguntan si tienes alguna alergia o intolerancia alimentarias. Como no es nuestro caso, al lío.
Para empezar comentaré que el restaurante está en Polanco, en una zona llena de restaurantes a cuál mejor.
Aunque está en una zona algo más tranquila, y su fachada apenas insinúa que ahí tienes un restaurante de tanta categoría.
La discreción sigue en el interior, con una decoración para mi gusto algo insulsa, con colores muy neutros.
Supongo que como di tanta tabarra con la reserva, nos pusieron al lado de la ventana, que casi parecía un reservado. Mesa para dos, en todo tiempo muy bien atendidos.
Como detalle, os comento que en la mesa de al lado llegaron a media cena nuestra, otra pareja, que creo eran brasileños, y les atendieron en un muy correcto inglés.
En México se acostumbra a pedir antes de la comida una bebida como aperitivo, pero nosotros preferimos esperar a la carta de vinos, y entre tanto nos sirvieron como cortesía agua con toques de té de chía, que es una planta que se cultiva en este país y que tiene muchas propiedades.
Nos dieron el menú en un sobre que te puedes llevar, y que nos vino fenomenal, porque cuando vamos a este tipo de restaurantes nos suele gustar apuntar nuestras impresiones que nos sirve para guiarnos después.
Para acompañar como bebida decidimos apostar por un vino blanco del país. El sumiller nos aconsejó la bodega Casa Madero, en concreto un sauvignon blanc, muy suave en boca, que fue perfecto maridaje.
Comenzamos con unas botanas (aperitivos)
ELOTE CON MAYONESA DE HORMIGA CHICATANA, CAFÉ, CHILE COSTEÑO
Lo sirven en forma muy original: dentro de una calabaza con humo saliendo de ella, que ya la presentación no sólo te conquista con el aspecto sino también con el aroma.
En México llaman elote a la mazorca de maíz.
La chicatana es una hormiga que se utiliza mucho en la cocina precolombina. Mi tía Georgina que es de Oaxaca, prepara una salsa con estas hormigas que está espectacularmente buena.
Gracias a ella, soy capaz de probar casi de todo, porque si he sido capaz de comer hormigas, por qué razón no he de probar otras exquisiteces mexicanas como los chapulines (saltamontes) chinicuiles (gusanos secados)...
En cualquier caso, este plato me pareció que además de la buena presentación tenía un buen sabor, algo picante por la chicatana y el chile costeño, pero el ahumado lo suavizaba mucho.
AGUACHILE DE SEMILLA DE CHIA, AGUACATE, SAL DE GUSANO
Aunque entraba muy bien por los ojos, me pareció que estaba algo soso. Supongo que un poquito más de sal de gusano... o de mar, no hubiera venido mal.
BOCOL HUASTECO
He puesto las dos fotos para que veáis sus dimensiones, pues muy grande no era. Aunque al fin y al cabo estamos hablando de un aperitivo, ¿no?
Los bocoles son unas tortillas gruesas hechas con harina de maíz mezclada normalmente con manteca y cocidas en un comal (una especie de plancha) y que se rellenan normalmente de frijoles, chicharrón, carne deshebrada, o con cualquier otro guiso. Es un platillo típico de la zona huasteca, es decir, los estados de Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo y San Luis de Potosí. Además es una comida rápida y sencilla que sirven en los puestos callejeros.
Así que, el encontrarte un bocol tan bonito como este te deja un poco "fuera de onda" que dirían los mexicanos.
Para que os hagáis una idea, esto son bocoles tradicionales:
Nada que ver...
Aún así, lo siento, pero eché de menos la grasaza del bocol tradicional.
CHICHARRON DE COL RIZADA
Esto es un chicharrón (corteza de cerdo):
Esto es el chicharrón de Pujol:
Cualquier parecido con lo anterior es pura coincidencia. Me encantó. Crujiente y suave a la vez. Erik por favor, dame la receta.
Después de estos entrantes, que con sus altibajos, nos dejó expectantes de lo que estaba por llegar.
MEJILLON SALVAJE, CHILE GUAJILLO, CILANTRO
Me gustó mucho, no sólo por estar tan bien presentado, con un color naranja del mejillón espectacular, sino también porque su sabor se alejaba de la preparación tradicional de este molusco, muy suave y con un ligero toque picante. Lástima que sólo fuera uno.
MOLE DE VERDURAS, BERENJENA, CALABAZA Y SUNCHOKE
Aunque la presentación nos pareció correcta, el sabor era muy normal.
Los siguientes platos, había que elegirlos de entre tres opciones. Nosotros elegimos :
TACO DE BARBACOA, ADOBO DE HOJA AGUACATE, GUACAMOLE
La carne estaba muy bien preparada, aunque el guacamole nos pareció algo soso.
TACO DE HONGOS AHUMADOS, SEMILLAS DE JITOMATE, BERROS, TORTILLA TATEMADA
No me gustó el sabor acre del ahumado.
ESQUITE DE TRIGO, QUESO OREADO
La textura era de un risotto, pero en lugar de arroz, con trigo, por lo que me resultó muy sorprendente. Lo único que resultaba algo pesado de digerir.
LENGUADO, QUELITES, CHILACAYOTA, TOMATILLO
Pescado bien preparado, quizás demasiado ácido, ¿mucho cítrico? y han dejado la piel, que en lo personal, no me gusta.
Ahora ya vienen de nuevo platos del menú sin posible elección.
MOLE MADRE, MOLE NUEVO
Como presentación del plato te cuentan que si con el primer mole que hicieron preparan el mole madre que es el más oscuro, mientras que el más claro es el que preparan cada día.
Creo que es un plato para los mexicanos porque considero que el mole tiene un sabor terroso muy especial, que sólo si estás acostumbrado puedes apreciar su diferencia de sabor. A su favor: es el primer mole que hemos terminado.
A continuación vienen los postres que puedes elegir entre dos, así que cada uno eligió uno de ellos.
CHOCOLATE, VAINILLA DE PAPANTLA, CERVEZA DE RAIZ
Te lo presentan en una bola cerrada y cuando abres aparece el chocolate y la cerveza. Cuando lo mezclas, te deja un regusto algo empalagoso y la textura demasiado gelatinosa y algo blandengue, tampoco ayuda.
PONCHE DE TAMARINDO, TEJOCOTE, JAMAICA
Tiene varias texturas: mermeladas, chutney, sorbete, helado, arena... fruta confitada de naranja, manzana deshidratada...
Muy colorido tanto de color como de sabor. Me gustó mucho y soy de las personas que siempre se deja un hueco para los postres y a veces, es lo primero que busco en la carta y en función de ellos elijo el resto del menú.
Así que tomar un postre con un diseño tan bien cuidado, me hizo pensar que nos salvó este postre.
CONCLUSIONES
Aunque en general la comida fue correcta, no hubo nada que sobresaliera, que me hiciera recordar el Pujol como aquél restaurante donde comí algún plato especial, ni tan siquiera que compensara el precio que estaba pagando.
No hubo sorpresa... pero sí un algo de decepción, quizás por las expectativas creadas.
Aquí os dejo el enlace a su página:
http://www.pujol.com.mx/
Ahora ya vienen de nuevo platos del menú sin posible elección.
MOLE MADRE, MOLE NUEVO
Como presentación del plato te cuentan que si con el primer mole que hicieron preparan el mole madre que es el más oscuro, mientras que el más claro es el que preparan cada día.
Creo que es un plato para los mexicanos porque considero que el mole tiene un sabor terroso muy especial, que sólo si estás acostumbrado puedes apreciar su diferencia de sabor. A su favor: es el primer mole que hemos terminado.
A continuación vienen los postres que puedes elegir entre dos, así que cada uno eligió uno de ellos.
CHOCOLATE, VAINILLA DE PAPANTLA, CERVEZA DE RAIZ
Te lo presentan en una bola cerrada y cuando abres aparece el chocolate y la cerveza. Cuando lo mezclas, te deja un regusto algo empalagoso y la textura demasiado gelatinosa y algo blandengue, tampoco ayuda.
PONCHE DE TAMARINDO, TEJOCOTE, JAMAICA
Tiene varias texturas: mermeladas, chutney, sorbete, helado, arena... fruta confitada de naranja, manzana deshidratada...
Muy colorido tanto de color como de sabor. Me gustó mucho y soy de las personas que siempre se deja un hueco para los postres y a veces, es lo primero que busco en la carta y en función de ellos elijo el resto del menú.
Así que tomar un postre con un diseño tan bien cuidado, me hizo pensar que nos salvó este postre.
CONCLUSIONES
Aunque en general la comida fue correcta, no hubo nada que sobresaliera, que me hiciera recordar el Pujol como aquél restaurante donde comí algún plato especial, ni tan siquiera que compensara el precio que estaba pagando.
No hubo sorpresa... pero sí un algo de decepción, quizás por las expectativas creadas.
Aquí os dejo el enlace a su página:
http://www.pujol.com.mx/