Cuando estuvimos en el lago Constanza este verano pasado, en un pequeño mercado vimos a unos italianos en un puesto vendiendo productos elaborados a partir de la trufa negra, desde salchichones, panes, aceite.... Nosotros decidimos comprar mantequilla de trufa y la he utilizado varias veces en diferentes platos, pero el resultado en este es de los que más me ha gustado.
Al utilizar mantequilla en lugar de aceite de oliva conseguimos una textura más untuosa pues ha combinado muy bien con la propia gelatina que suelta el pescado al calentarse lentamente en el horno y por otra parte, la trufa le ha añadido un sabor potente pero a la vez ha suavizado la salmuera del bacalao.
Con las patatas que he añadido de acompañamiento, ha ocurrido algo parecido, pues la trufa ha conseguido aportar todo su aroma y sabor a estas patatas que de por sí son algo sosas.
Así que, una vez más, una receta FRD: Fácil, Rápida y Deliciosa.
Ingredientes para dos personas
400 gr. de bacalao desalado (tres lomos)
50 gr. de mantequilla
50 gr. mantequilla de trufa
500 gr. patata pequeña de guarnición
1 lata de champiñones laminados (100 gr.)
1/2 cebolla
queso rallado (parmesado, manchego semicurado...)
sal
pimienta
Elaboración
Las patatas las vamos a hacer al vapor en el propio microondas, por lo que bastará con lavarlas bien, las envolvemos en plástico film especial para la cocina y las metemos en el microondas en una fuente colocándolas en hilera algo separadas y con un poquito de agua en el fondo para que se haga vapor. Dependiendo de la potencia de vuestro micro serán de 8 a 15 minutos. Para comprobar que están en su punto, basta con empujar un poco con el extremo de una cucharas y si ceden ya las tienes. Aquí, no pincho con el tenedor para no romper el plástico por si aún no están listas.
Otra forma más tradicional que podéis utilizar, es cociéndolas en una cazuela con agua hirviendo y un poco de sal. Se tarda de 15 a 20 minutos desde que el agua hierve.
Y por último, venden bolsas con las patatas ya cocidas y peladas. Que es otra buena opción para aquellos que no tenemos mucho tiempo.
Vamos a preparar la guarnición que acompaña a las patatas, para lo que vamos a utilizar la cebolla cortada en juliana. La dejamos pochar a fuego medio y cuando tome color amarillo, añadimos los champiñones laminados. Si podéis utilizar champiñones frescos o incluso setas, queda de lujo. Tienen que quedar algo duritos porque luego van al horno.
En una bandeja para el horno engrasada con un poquito de mantequilla, ponemos de fondo la cebolla con los champiñones, a modo de cama.
En 25 gr. de mantequilla diluida añadimos 25 gr. de mantequilla de trufa y mezclamos bien. Para derretir la mantequilla podéis utilizar el micro, con unos 20 segundos será suficiente.
En la bandeja que tenemos preparada, colocamos las patatas y echamos por encima la mantequilla diluida repartiéndola bien ayudándonos de una brocha. Salpimentamos y echamos por encima el queso rayado para gratinar.
Para el bacalao, utilizamos los lomos desalados. Yo he escogido dos grandes y el tercero lo he cortado en dos para repartirlo a cada uno de los comensales.
En otra bandeja para horno engrasada con mantequilla colocamos los lomos con la piel hacia abajo y preparamos de nuevo la mantequilla como antes. La repartimos bien por los lomos y por último salpimentamos.
Ponemos ambas bandejas en el horno precalentado a 180 gr. y en unos 10 -12 minutos lo tenemos.
Trucos:
La mantequilla de trufa no es tan difícil de conseguir, pues yo la he visto en tiendas gourmet y en algunos mercados navideños. Pero si no la conseguís, podéis hacer este mismo plato pero utilizando sólo mantequilla normal y os saldrá también estupendo o bien con un poco de aceite de oliva.
La primera vez que hice la receta, me emocioné con la mantequilla de trufa y salió muy fuerte, por eso ahora la diluyo en mantequilla normal.
Acordaros de que el bacalao sea desalado, que ya podéis comprar así o bien tendréis que hacerlo vosotros. Es fácil aunque algo engorroso.
Para desalar el bacalo tenéis que quitar la sal lavándolo con cuidado en el grifo bajo el chorro de agua fría. En un recipiente lleno de agua fría introduces el bacalao y a la nevera por unas 12 horas. Cambias el agua y otras 12 horas. Y así por tres días. En total 3 días pendiente del bacalao y 6 cambios de agua... bufff.
Por último, quiero dar las gracias a Ricard de la bodega Rimarts por su recomendación y por su excelente cava Rosae que hemos probado con esta receta y emparejan a las mil maravillas. Es un cava muy especial, con un aroma ahumado que sorprende pero que te engancha. Nada que ver con los cavas tradicionales. Definitivamente, es para los más atrevidos pero merece la pena ser valiente.
Si queréis saber más de esta bodega y sus grandes cavas, os dejo el enlace:
http://www.rimarts.net/es/